miércoles, 6 de abril de 2011

Estatuto del Periodista o el Estado como vigilante de discoteca

La situación del periodismo es alarmante, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. En nuestros quioscos, radios, televisiones u ordenadores podemos ver día sí, día también, la manipulación de datos, la falta de ética profesional, la intromisión en la intimidad, el amarillismo, etc. Está claro que el periodismo actual está muy mal herido, y que se necesitan soluciones. Pero el Estatuto del Periodista no parece ser una de ellas.

Este Estatuto, que nació como propuesta de Izquierda Unida, viene a arrojar más incertidumbre en un sector ya de por sí carente de regulación. El texto viene a decir que sólo será periodista aquel que porte una acreditación profesional expedida por el Consejo Estatal de Información, órgano que se creerá con la entrada en vigor de dicho estatuto.

Esto aseguraría un intervencionismo del estado en la profesión periodística totalmente impropio de un régimen parlamentario. El periodismo es uno de los garantes de las libertades que debe tener una democracia, como así demuestra su función de vigía y revelador de los abusos del poder.

Otro dato que merece la pena nombrar, es que los bloggers no serán considerados periodistas sin su respectivo carné. Si bien es cierto que en la blogosfera uno encuentra de todo, ese todo también incluye a auténticos profesionales sin necesidad de tener ninguna acreditación. Muestra de ello son los innumerables congresos de periodismo digital dedicados al fenómeno de los blogs. Pero es más fácil mirar hacia otro lado.

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