lunes, 14 de febrero de 2011

Sortu, esa gran incógnita

El anuncio de los estatutos de Sortu, el nuevo partido de la izquierda abertzale, se produjo ayer entre una gran expectación por saber que diría el grupo nacido de las cenizas de Batasuna. Principalmente, su mensaje fue de condena hacia “la violencia o la amenaza en cualquier forma” incluidas las practicadas por ETA, según expresaron tanto Rufi Etxeberría como Iñigo Iruin, principales portavoces del partido.

La izquierda abertzale pretende con este movimiento recuperar su presencia parlamentaria, para así estar en las elecciones del 22 de mayo. Pero además, con esto pretende desmarcarse de la formación terrorista, paso que podría acercar el final del conflicto armado. Sin embargo, la experiencia recuerda que no se debe actuar de manera poco meditada.

Un sector de la izquierda abertzale ha estado notablemente vinculado con ETA, y no sería la primera vez que las esperanzas se tornan en desengaños, por tanto la cautela no parece una mala herramienta en esta situación tan delicada. Por otra parte, la escisión con los etarras abre un pequeño rayo luz en un futuro camino hacia la paz. Si Sortu decide respetar las reglas del juego democrático, el final de la banda terrorista estará más cerca.

Hay que mantener la cabeza fría y mirar más hacia el futuro que hacia atrás, y la realidad es que, si se demuestra que el partido cumple con los requisitos para hacer política, no hay motivo para que este no sea aceptado. El devenir de los futuros acontecimientos puede depender de lo que se decida hacer con Sortu.

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