domingo, 30 de enero de 2011

Medios de acusación: cuando el rigor periodístico es asesinado

Diego Pastrana era puesto ayer en libertad sin cargos después de haber sido imputado como supuesto violador y asesino de su hijastra Aitana de tan sólo tres años. “Me han tratado peor que a un terrorista. En todos los medios de comunicación y en todos los lados” relataba el joven de 25 años una vez demostrada su inocencia. Estas palabras vienen a dejar una vez más al aire libre las miserias de los media.

Y es que ojalá pudiera decirse que el de Diego Pastrana es un caso aislado, donde un hombre es acusado falsamente por todo el periodismo de este país, arruinando su vida y su reputación. Ahí están los casos de Dolores Vázquez, condenada por un jurado popular influenciado por la marea mediática que siguió el caso de Rocío Wanninkhof, o los trece años de prisión a Rafael Ricardi por las supuestas violaciones a dos mujeres que nunca cometió.

El único y verdadero delito que se cometió en estos casos fue el asesinato de la ética periodística, porque, ¿qué rigor profesional hay en un cámara que incita a una mujer a que le grite “asesino” a Diego Pastrana? ¿Cómo se puede devolver la dignidad, el honor arrebatado a alguien tildado públicamente y en todos los medios de “violador”?

Esto es lo que ocurre cuando en vez de informar los medios se dedican a juzgar sin las pruebas o indicios suficientes. Las heridas ya están hechas, tanto las abiertas en las vidas de las víctimas, como las que desangran la credibilidad periodística. Y unas y otras difícilmente curarán.

domingo, 16 de enero de 2011

Las cifras apagan CNN+

“Una decisión empresarial que no entiende ni de sueños ni de ilusiones, sino de cifras puras y duras pone fin a nuestra andadura”. Así cerraba ayer Benjamín López el discurso con el que se ponía punto y final a la historia de CNN+. Palabras que dejan un poso triste y amargo, y más aún cuando uno comprueba que la cadena de noticias ininterrumpidas es sustituida por un canal centrado las 24 horas en el reality show Gran Hermano.

Se puede entender el cambio desde el punto de vista financiero, donde el canal informativo durante sus casi 12 años de historia nunca demostró ser rentable, arrojando pérdidas en los últimos tres años a su grupo editor PRISA por un valor de 40 millones de euros. Pero cambiar un canal de noticias 24 horas por otro de 24 horas de Gran Hermano, es para echarse a llorar.

La televisión, entre otras cosas, fue concebida para llevar a cabo una labor social, una labor de comunicación. Hoy en día esto es algo completamente caído en el olvido, donde sólo se priman las audiencias. Con este cambio, se sustituye lo informativo y lo cultural por el exhibicionismo y la vulgaridad. Y el cambio no parece el mejor de los posibles.

La entrada de Telecinco, la cadena de Silvio Berlusconi en el Grupo PRISA acaba de dejar su impronta. Pero obviamente, los causantes de todo esto también somos nosotros. Nosotros elegimos lo que vemos, y los programas de telerrealidad son los que hoy en día marcan el ritmo de las audiencias. Y esto es lo que de verdad está pasando.